Nunca olvidaré como olía su pelo de cerca.
Fue justo en el momento en el que me dio un abrazó en medio del parque y toda la gente nos miró con una cara un poco extraña, cuando me di cuenta de que Alberto era mucho más de lo que yo pensaba. Y aunque en ese instante no pensé en lo que pasaría después, sabía que podía llegar a ser algo muy grande. Mientras su mano izquierda de estrujaba suavemente de las costillas hacia él, y la derecha me acariciaba el pelo como nunca nadie lo había hecho, sentí cómo me protegía, y estaba más segura que nunca de quién quería que me protegiera siempre...
- No me sueltes - me susurró muy suave creándome un escalofrío rápido que acabó en una sonrisilla tonta dejando florecer, más sincero que nunca, mi hoyuelo izquierdo.
- No podría...
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