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21 de diciembre de 2010

Principios borrosos para finales extraños


Doscientas catorce palabras vacías que pudimos decir y preferimos callarnos. Tantas cosas que no sentimos por no querer hacerlo, y ahora, nos arrepentimos. Cara y cruz, decisiones distintas por un mismo placer. Vías del tren que se acaban, como la esperanza a medida que el tiempo pasa. Las ilusiones siempre lo serán hasta que algún día, habiendo sufrido otros tantosanteriormente, sean una realidad.
No es que pongas luz a mi camino, es que eres mi camino. Mi lema son tus ojos, aunque a veces sean mudos.
Podíamos haber disfrutado, haber bebido el último trago largo y sin prisas y después, tirar el vaso. Podíamos habernos deleitado con la luna llena y haber gozado después de un amanecer anaranjado.
Juraría que esto empieza a acabarse. Que ya no es una historia, que ya no es algo nuestro. Es algo que simplemente compartimos cuando tenemos un rato, cuando ya hemos mirado demasiado al futuro, no hemos querido verlo, y preferimos saborear el presente. Hemos sido pingüinos en plena selva. No hemos sido ni juntos, ni separados. E incluso, tengo la sensación, de que ni siquiera sabíamos cuando éramos y cuando no éramos.
Como cuando no quieres, o no puedes, elegir. Cuando no sabes si querrías que esto no tuviera jamás un final, o si desearías que no hubiese tenido un principio. Es algo jodidamente ilógico, sin un guión, sin ni siquiera unas pautas. Sin reglas, desenfrenado pero a la vez un poco confuso. Mantenerse en pie en esta situación a sido, sinceramente, demasiado difícil, para un nivel mayor, para gente fuerte y sin temor a un dolor profundo al llegar al punto y final.
Y es extraño como una historia que jamás tuvo un principio claro, haya terminado de una manera tan drástica, que nos ha pillado por sorpresa aunque en realidad se preveía desde la primera mirada. Pero si ha alguien ha confundido aún más esta situación, ha sido a ti.

20 de diciembre de 2010

Es una adicción, es un infierno.

Nunca olvidaré como olía su pelo de cerca.
Fue justo en el momento en el que me dio un abrazó en medio del parque y toda la gente nos miró con una cara un poco extraña, cuando me di cuenta de que Alberto era mucho más de lo que yo pensaba. Y aunque en ese instante no pensé en lo que pasaría después, sabía que podía llegar a ser algo muy grande. Mientras su mano izquierda de estrujaba suavemente de las costillas hacia él, y la derecha me acariciaba el pelo como nunca nadie lo había hecho, sentí cómo me protegía, y estaba más segura que nunca de quién quería que me protegiera siempre...
- No me sueltes - me susurró muy suave creándome un escalofrío rápido que acabó en una sonrisilla tonta dejando florecer, más sincero que nunca, mi hoyuelo izquierdo.
- No podría... 

Sólo hacía falta imaginarlo.

Recodaba que cosía cada amanecer entre las rejas de su ventana cuando estaba con él y cómo se le ponía la piel cuando le susurraba un te quiero al oído. 
Que cuando él se acercaba, le temblaba la rodilla izquierda y se le extendía el tembleque al dedo meñique, no sabía por qué sólo al meñique pero tampoco la importaba porque tenía de frente unos ojos marrones que podían crear mundos aunque no hubiese aire suficiente
Y exactamente en ese instante es cuando comenzaba a sentir las mariposas, el brillo en los ojos y los coloretes más rojos de lo normal. Y después se marchó, arrasó con todos los abrazos y con cada guiño. Y aunque ella todavía tenía colgadas en las pestañas todas sus sonrisas, él ya había olvidado como olía su pelo. 




En su piel aún seguía la marca de cada caricia, aquellas que un día la hicieron daño, las que arañaron su piel e incluso su alma, las que la habrían heridas y con ellas, recuerdos. Y las que más tarde, la hicieron fuerte. Y luchó contra todos los recuerdos, los arrumacos y los besos infinitos. Cambió la historia, recalcó lo cruel que fue él y lo que carcomían sus tequieros, dejándole como el malo de la película. Enterró cada tarde de su mano y cada noche en su casa, asfixiando así los buenos momentos que implicaban su nombre. Descosió cada amanecer y sonrió.

19 de diciembre de 2010

El dieciocho de enero quedó muy lejos.


Ya no hay cosquillitas, ni mariposas que valgan cuando me miras a los ojos. Tus palabras crean un vacío en mi cabeza y lo único que oigo es el eco de tus silencios. Y aunque mis sonrisas al verte seguirán hasta que por fin te vayas de verdad, las tuyas no tienen efectos sobre mi piel. No quiero tus besos, tampoco tus caricias aunque un día eso fuera mi mayor deseo. Y, ¿sabes?, estoy mejor que nunca sin tenerte cerca.
Cada madrugada te buscaba entre los rayos del sol y ahora todas las noches me escapo de tu recuerdos. No quiero estrellas junto a ti, ni mares solitarios. Tampoco trenes, copas, ni siquiera canciones. Basta ya de ordinarieces, de falsos momentos y de miradas que hablan. Un punto y final.

14 de diciembre de 2010

Llévate tu nombre lejos de mi voz.

Y tu sonrisa, ¿adiós? Sé que no lo mereces, y yo tampoco. Nunca hubo un nosotros, pero he perdido del todo el tú y yo. Y tus ojos cada vez son más bonitos. Your looks will never return to be mine. Siempre has estado donde no debías, en mi cabeza. Has sido un obstáculo para todo, y sin embargo no he dejado de quererte. Podrías destruir mi corazón, pisotear mis ilusiones y aún así seguirías siendo mi única medicina. 
Y en el exilio de tus ojos, sólo me queda la tristeza. Los 'tengo que olvidarte'. Cada esfuerzo por no crearte otro mundo más. Historias a medio acabar y sueños derruidos ante mis ojos, lágrimas. Susurros que no dicen nada, que molestan. Y hasta el silencio más profundo me hace daño.

Las diez y veintidós.

Vamos a enredarnos juntos entre las estrellas de esta noche tan fría, vamos a escondernos en el amanecer. Mareemos al sol, que no pueda encontrarnos, que esta noche sea eterna, que esta luna brille siempre. Vamos a jugar con las miradas que matan, vamos a matar con cada beso.
Podíamos hacer tanto con tan poco. Podíamos ahorrarnos las palabras, comernos con los ojos. Podíamos darnos la mano, no soltarnos, agarrando fuerte.
Tal vez, esta noche podíamos amarnos.

13 de diciembre de 2010

Que los sueños, son sueños; y las promesas, mentiras.


Se levanta enredándose en los rayos de luz que se cuelan por su persiana rota. Avanza por toda la casa hacindo crujir la madera de todos los suelos.
Leche y una tostada con mermelada de melón.
Pintalabios rojo, perfume y adiós.
Porque a lo largo del tiempo aprendes. Aprendes que realmente muy pocas cosas y personas merecen la pena. Que sufrir no lleva a ninguna parte. Aprendes que el que ríe el último, ríe mejor. Que por mucho que abandones, acabas volviendo, pero a lo mejor todo lo que dejaste en su momento ya no está. Que quien de verdad importa, quien de verdad te quiere siempre está ahí. Que los sueños, son sueños; y las promesas, mentiras. Que los besos sólo sirven para aliviar la tristeza un rato y que los hombres, nunca aman como las mujeres. Aprendes a quitar la mano del fuego cuando hay que quitarla, antes de que te quemes, Y que a veces, la dejas y no te quemas. También aprendes que aunque no seas nada, aunque te sientas una mierda, siempre alguien piensa en tí. Que cuanto menos quieres, más consigues. Que de duro no se va a ninguna parte. Aprendes que los sentimientos no les puedes tapar, es imposible. Que cuanto más débil es una persona, más fuerte parece. Que muchas sonrisas son falsas, muchos consejos no sirven y con alguna mirada se dice todo.
Aprendemos de la gente que nos importa, cambiamos.
Siempre que cambiamos se debe a algo, o alguien. Nunca se cambia porque sí, tiene que haber una razón, un motivo, un por qué.
Hay gente que va directa a comerse el mundo, pero tiene la boca demasiado pequeña.

Vasos medio llenos de besos a escondidas.

Te regalé cada parte de mi alma y tú la guardaste en el fondo de un baúl que solo abres de vez en cuando. Un cuatro de agosto, un cinco de enero o un raro tres de marzo. 

Comámonos la distancia, el miedo y la vergüenza, que nunca nadie te quiso como te quiero yo. Y si alguien dice lo contrario, miente.

Reflejos en espejos que no son de verdad. Palabras que no sirven para decir todo lo que siento. Caricias que se quedan en recuerdos. Y besos...besos que pasarán a la historia.

Subiré a tu tejado y pintaremos juntos las estrellas, que esta noche, parece que será perfecta

12 de diciembre de 2010

Imposible escapar.


Todas tus flores murieron en otoño, y aprovechando que ya es casi, casi invierno diré que ahora das más pena.
Tu mirada ya es completamente vacía, apagada, ojos que nunca enamorarían a nadie, excepto a mí. Sonrisas cansadas, palabras mudas que sólo se rompen cuando habla el silencio.
Y aprovechando, aceptaré que el azul de tus ojos es inmenso, indescriptible, realmente abrumador cuando me observan, desde lejos o desde cerca, eso da exactamente igual a estas alturas. Añadiré también que tu sonrisa ayuda a la mía, y eso es algo completa y misteriosamente maravilloso.
Y sí, desde mi punto de vista todo esto también es algo extraño, pero bastante real, diría yo. Sentimientos que se pasan el día jugando al gato y al ratón y nunca llegan a tocarse.
¿Me haces un favor?

- déjame quererte.